Minería y contaminación: la realidad más allá de las tierras raras

El drenaje ácido de mina es uno de los problemas habituales derivados de la minería metálica y puede provocar graves episodios de contaminación ambiental

Pese a los intentos de las empresas extractivas por promocionar la minería como una actividad "responsable" y "sostenible", la contaminación es una realidad tristemente habitual inherente a la actividad minera, una actividad que no sólo afecta al suelo y el agua, sino que también tiene repercusiones en la biodiversidad y la salud de las comunidades cercanas.

Estas son algunas de las principales causas de la contaminación minera

1. Drenaje ácido de mina (DAM). Este es un fenómeno ambiental que se produce cuando la oxidación de determinados minerales presentes en la matriz pétrea y en los desechos mineros provocan residuos hiperácidos, generando un proceso que puede tener efectos devastadores en los ecosistemas y la calidad de los recursos hídricos. El DAM, tristemente habitual en proyectos de minería metálica, puede contaminar masas de agua alterando su pH y facilitando la liberación al medio de metales pesados originando un verdadero problema de salud pública.

2. Contaminación hídrica. Además del drenaje ácido, la sustancias químicas utilizadas en los procesos de concentración y refinado, como reactivos y solventes, pueden filtrarse en los cuerpos de agua cercanos a las instalaciones extractivas, afectando a la calidad del agua y su vida acuática.

3. Polvo y partículas atmosféricas. Durante la excavación -mediante el uso o no de voladuras- y el transporte de mineral se liberan partículas finas al aire, que en función del sustrato pueden contener contaminantes ambientales que bajo tierra permanecerían inertes. Los polvos finos pueden afectar a la calidad del aire y la salud respiratoria de viven y trabajan cerca de los entornos mineros. 

4. Alteración del paisaje. La minería a cielo abierto y otras técnicas extractivas alteran drásticamente el paisaje natural pues la remoción de vegetación, la excavación y la creación de múltiples cavidades en el terreno afectan negativamente la biodiversidad y el territorio perjudicando además a actividades esenciales como la agricultura pues el suelo es un organismo vivo y fértil que no puede ser tratado como una capa de "quita y pon".

5. Impacto socioeconómico. Además de los efectos ambientales, la actividad minera también conlleva a menudo consecuencias sociales y económicas negativas por el conflicto establecido con otros usos de la tierra como la agricultura y la ganadería. Por otra parte, a menudo este tipo de proyectos contaminantes y de corto horizonte temporal favorecen la despoblación de los territorios. Por ejemplo, en el caso de regiones como Asturias, los denominados "valles mineros" concentran la mitad de los pueblos deshabitados de la comunidad autónoma.

Por supuesto, no todos estos factores están presentes de igual manera en los diferentes proyectos extractivos, pero la minería de tierras raras implica algunos problemas a mayores como la presencia de elementos radioactivos como el torio o el uranio en el sustrato mineral o el proceso sumamente contaminante de refinado de estos elementos. Desde ese punto de vista, es incompatible con zonas de alto valor ambiental y agrario. 

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