17. El agua es un gran problema, se mire por donde se mire
Respecto a esta cuestión, desarrollada en el anexo K del EIA presentado por Quantum, se
realizan las siguientes consideraciones:
- No es viable ni técnica ni
económicamente abastecerse de agua de desaladoras. Al coste de la
desalación habría que añadir el del transporte hasta el área de la
explotación, y debido a ello, no existen precedentes de proyectos
similares más que para el abastecimiento de agua a poblaciones, no para
explotaciones mineras, por los costes añadidos que supone. A ello hay que
añadir la insolvencia económica de la empresa y las fluctuaciones del
precio del mercado de los minerales de tierras raras, con descensos tan
grandes que permite descartar la rentabilidad de la explotación.
- El abastecimiento con aguas
subterráneas es imposible, considerando la actual declaración del acuífero
como masa de agua en riesgo de no alcanzar un buen estado cuantitativo, y
no estando autorizado en el régimen de explotación del mismo que ha sido
aprobado por el gobierno.
- Es insatisfactoria y demuestra
graves deficiencias técnicas en el proyecto la modificación del perímetro
de las parcelas que se pretende explotar para dar cumplimiento al mandato
de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en lo que se refiere a las
zonas de flujo preferente. Así, la nueva propuesta se limita a deslindar
las parcelas que se pretende explotar de la zona deslindada por la
Confederación Hidrográfica del Guadiana como zona de flujo preferente,
obviando el hecho de que muchas de esas parcelas se encuentran situadas,
de todas formas, sobre el aluvial de las ramblas afectadas y que todas las
parcelas afectadas son adyacentes a la zona de flujo preferente. Es decir,
la afección hidrológica e hidrogeológica será exactamente la misma que si
las parcelas estuvieran situadas directamente sobre la zona de flujo
preferente, ya que el proyecto ignora la unidad del ciclo hidrológico, la
conexión subterránea existente dentro del acuífero aluvial, y los aportes
de escorrentía desde las laderas de los valles de las ramblas hacia las
mismas, así como el impacto que tendrán las excavaciones de dos metros y
medio de profundidad y las labores asociadas en el flujo de agua a través
de dichos sistemas y, sobre todo, el aporte incontrolado de sustancias muy
contaminantes a la red hidrográfica, directamente y por resuspensión y
depósito del polvo de las labores mineras.